La Navidad de 1,984 fue, como todas las navidades desde que ocurriera la tragedia una mezcla de diversas emociones: añoranza, melancolía, gozo por tener a los hijos de nuevo junto a ella, satisfacción al ver a los niños crecer sanos y felices y un cierto aturdimiento, estaba acostumbrada a vivir sola con sus recuerdos y el alboroto de las fiestas desordenaba un tanto su tranquila existencia.
¡Sí señor, soy de Cartagena de España! digo con orgullo cuando alguien pregunta mi procedencia. De Cartagena de España, como lo son estas pequeñas narraciones: legendarias unas, históricas otras, otras veces, las menos, pequeños relatos producto de la imaginación, siempre al amparo de esta tierra mediterránea, rica en Historia y no menos rica en leyendas.
sábado, 26 de marzo de 2011
¡¡Encontraré el azahar!!
Cuando cualquier Domingo de Resurrección la puerta de Santa María de Gracia se cierra definitivamente ocultando al pueblo, emocionado, la bellísima y entrañable imagen de María del Amor Hermoso, nuestra Madre, cuando, cualquiera de esos días, hayamos aplaudido por última vez al piquete que acompaña a nuestra Virgen hasta su casa y emprendamos emocionados, meláncolicos y advirtiendo por primera vez el cansancio acumulado durante nuestra Semana de Pasión, esa semana de nueve días, que, comenzando con el primer tambor que rompe el silencio en las proximidades de la Catedral de Santa María la Mayor, iniciando la salida del Cristo del Socorro, terminará con un adiós lleno de ternura y calor del que acabaremos de ser testigos y protagonistas, los cartageneros habremos asistido a dos acontecimentos clave en el desarrollo de esa semana transcendental para nosotros.
25 de julio del 37. Un leño en el mar

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